viernes, 30 de julio de 2010

POR ESA MANIA DE ORDENAR



Aveces uno necesita hacer espacio, correr los muebles, cambiarlos de lugar y de paso tirar aquellas cosas que ya no sirven.
El sábado me levanté con esas ganas de renovar la casa, sobre todo porque cuando el sol está a pleno me inspiro para hacer esas tareas domésticas. Comencé por los benditos placares, esos que me producen un fastidio tremendo.
Demás estaría explicar la cantidad de cosas, que encontré y que ya no uso; pero uno les toma ese cariño especial que dificulta sobremanera deshacerse de ellas, pero en fin ya estaba en la tarea. Así que separé primero aquellos suéters, que llenos de bolitas espantosas sólo ocupaban lugar en los estantes. También aquella campera reversible- verde casi flúo - que mi amiga me había regalado cuando había cumplido los treinta y que nunca me puse.
Haciendo tripa corazón, metí las prendas en una gran bolsa de residuos, mientras mi esposo y mis hijos me miraban absortos y muertos de risa: ¡decían que parecía poseída!

Luego siguieron las camisas, las remeras y por último, creo que lo más tedioso: los zapatos. Tomé coraje y encaré la pila de cajas que se amontonaban en la parte inferior del placard.
Las revisé una por una y me descarté- no con menos dolor- de unos cuantos pares, que se sumarían a la ropa ya seleccionada, y que como era costumbre en mi casa paterna, serían dadas a alguien que las precisara.
Ya estaba terminando con los zapatos cuando veo que en el último rincón había un bulto: una caja tapada con una sábana vieja. En verdad no tenía ni idea que contenía ni recordaba cuándo la había puesto allí.
Quejándome un poco, ya que me tenía que estirar más de lo que mi nervio ciático estaba dispuesto a permitirme, logré sacar esa caja , bastante pesada por cierto ya que es de madera. La descubrí, sacudiéndole la tierra de la tela y allí estaba la bella caja de los recuerdos, que siendo aún muy niña la había bautizado como La Caja de Pandora, no porque se me hubiera ocurrido a mí, sino por sugerencia de mi abuela.
Una gran sonrisa se me dibujó en el rostro, ya que es una bella caja de madera maravillosamente decorada. Y como toda Caja que se precie de ser una "buena caja que guarda recuerdos", tenía candado y llave.
No quiero mentir, pero me pasé toda la tarde buscando la bendita llave, que no tenía la más remota idea en dónde podía encontrase. Finalmente, mi esposo - que ya se había resignado totalmente y me ayudaba a buscarla- la encontró en un pequeño alajerito, que había quedado en un rincón de un cajón.
Lo abracé y lo besé como si hubiera encontrado un tesoro, pero no me demoré mucho en mi demostración de afecto, sino que fui corriendo a abrir mi cajita.
Luego de sentir una gran emoción lo primero que sentí fue un fuerte olor a humedad que provenía de una vieja frazada, que muy bien doblada, tapaba todo lo que se encontraba allí. Con un poco de asco la saqué y la dejé a un costado. Y lo primero que vi fue un gran, pero gran revoltijo de muñecos, papeles, libros, cuadernos de la escuela, muchísimas fotos de la infancia ,de la adolescencia y mis amados diarios íntimos.Era una tarea gigantesca pretender seleccionar y ordenar todo eso. La gran alegría que había sentido, se me fue muy rápidamente quedandome atónita ante tanto revoltijo. Pero ya lo había empezado a hacer y no quería quedarme sin terminar de ver todo lo que allí había.
Separé papeles que no eran míos, muchas fotos - de esas que uno prefiere no ver nunca y menos que otros las vean - y las puse en una de las cajas de zapatos que me habían quedado libres. Lo mismo hice poco a poco con todas las cosas que encontraba. Cuando ya había llegado casi a la mitad de la caja,- que en realidad era como un gran baúl-, envuelto en un plástico negro se hallaba el viejo grabador Wincofon de cinta abierta que tenía mi padre y que justamente se encontraba al lado del viejísimo tocadiscos, también de la misma marca. Con una sonrisa, llamé a los chicos para mostrárselos y mientras trataba de explicarles para qué se usaban esos extraños artefactos, me deleitaba mirando sus rostros de asombro, espanto o incredulidad: ¿podía escucharse música con eso?- me pregunto Alejandro.
No se cuanto tiempo estuve contándoles como funcionaban y lamenté el no hallar ninguna cinta para probar si aún funcionaba. Ellos no entendieron demasiado por qué me reía sola, es que con ese grabador hicimos tremendas travesuras con María Ines, con sólo trece años, !con aquéllos trece años! haciéndole honor al viejo dicho que dice: "el que sólo se ríe de sus picardías se acuerda".

De pronto algo extraño sucedió: unas chispitas de luz brillante, como si fueran luciérnagas incorpóreas, comenzaron a salir por debajo de los vestidos de las muñecas, esfumándose rápidamente. En un intento estúpido de mi parte y supongo que muy gracioso para todo aquél que me hubiese visto, trataba de atraparlas con las manos - cosa que no lograba desde ya. Pero a la tercer o cuarta chispita parecía que mis manos lograban pescarlas en el aire, y cuando eso sucedía se podían escuchar sonidos. Bellos sonidos. Totalmente extasiada estaba a los manotazos limpios y sin darme cuenta esos sonidos comenzaron a formar melodías.
Cuando ya ni las manos ni los brazos me respodieron más, tomé aire y fui sacando las cosas para ver de dónde provenían.
Y allí estaban ellos - los grandes y los chiquitos- con sus tapas de cartón descolorido. Lástima que no estaban todos, pero tal vez si los más significativos. Fue entonces que las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas sin parar (creo que mi familia ya estaba pensando en internarme en un psiquiátrico).
Aquellas chispitas comenzaron a sonar solas y salían de esos cartones. Yo retiré respetuosamente mis manos y fluyeron libremente las más dulces melodías de aquellos años donde reía y lloraba. Donde jugaba y jugaba. Jugaba a ser bailarina y también pianista. Jugaba a ser mujer y a enamorarme platónicamente de Alberto, que era nada más ni nada menos que diez años mas grande que yo! Jugaba a ser noble y sensible...quedándome tal vez horas enteras, descubriendo bellos temas que tallaron mi espíritu y acunaron amorosamente mis duras soledades. Abrigando mis desasosiegos precoces, entre violines y guitarras eléctricas que me llevaban a viajes imaginarios donde todo era posible.

Cuando les cuento esto a mis hijos, no me creen y estoy segura que piensan que es la edad o quizás la crianza un tanto fantaseosa que había tenído, llena de utopías.
Estática me quedé sentada en el piso frente a la gran caja, escuchándo la música que de él salía, no se por cuanto tiempo, totalmente en silencio y tomandome unos ricos mates mientras me fumaba unos cuantos cigarrillos.

Tal vez ellos no estuvieran tan errados, porque gracias a esta edad o a esas utopías, creo haber podido hacer la mejor limpieza y el mejor reacomodamiento de mi alma. Uy, perdón de mi Caja.

NOTA: perdón si la música no se escucha bien, es que los discos son demasiado viejos y las púas ya están bastante gastadas.


jueves, 29 de julio de 2010

INSOMNIO



No, mejor no sigo pensando más; me cansé de estar dando vueltas al asunto sin parar. No tiene ningún sentido, porque... ¿para qué hacerlo? si no voy a sacar nada en limpio; las respuestas las tiene nada más que el tiempo. Si, es mejor que deje de pensar, porque sólo gano contracturar más aún mis pobres cervicales. Mejor me doy vuelta y trato de dormir, que mañana tengo que trabajar y seguro que si sigo así no me voy a despertar.

Me parece que no cerré la llave de paso del gas, mejor me fijo y de paso agarro la boleta del teléfono que mañana tengo que pagar, no sea cosa que me levante a las corridas y me olvide.
¡¡¡Uy, nooo!!! son las tres y media ya!!,¡y no tengo sueño!!!... ¡No lo puedo creer!... Mejor aprovecho y voy al baño, porque ya veo que cuando me esté quedando dormida me van a dar ganas de hacer pis.

Ahora si, que mi cabecita tiene que parar. A ver, respirá profundo a ver si te podes relajar y te dormís de una buena vez!!
Bueno,parece que me está agarrando sueñito, ya no estoy tan tensa, bien..
Maldición, se salió la sábana de abajo - claro es de tanto dar vueltas y vueltas -, mejor la arreglo porque así no voy a poder dormirme. ¿¡Qué hace frío en esta pieza eh!? Uf!! que frío... el próximo verano voy a comprar el calefactor, que seguro estará a mejor precio.
Y encima esta almohada que es tan incómoda, mejor la aplasto un poco. Ahora sí, si... que alivio.Mientras me relajo un poco me fumo el último cigarrillo. ¡¡¡Ayyy, me quemé!, me estoy quedando dormida, mejor lo apago antes que se incendie todo y me duermo. Qué gusto asqueroso me quedó en la boca, no no me voy a levantar a lavarme los dientes.

¿Pero qué hago?...no se que hacer...es algo tan estúpido y no se que hacer. Soy una boluda!...cualquier otra persona en mi lugar sabría resolverlo, pero claro, no soy cualquier persona.
¡Basta, basta y basta! TENGO QUE DORMIR.
¿y si le digo?.. ¿no tendría nada de malo no?. Claro que no, si es lo más normal del mundo. ¡Noooo, pero es una vergüenza!!, ya me imagino lo que podría pensar..jaja y si, seguro que pensaría eso!
¡Ma siii che!..¡que se yo!...ya estoy harta de mí y de mis vueltas! Siempre igual de boluda eh!!... así estás!
DIOSSSSS....TENGO QUE DORMIR...
Bueno, a ver: acomodate bien Sandrita de una buena vez y ¡dormite!. Podría hacer una técnica de relajación ¿no?, bien...concentrate en la respiración, flojita, flojita...respirando profundamente por la nariz y exalando por la boca...

¿¡Pero y ahora qué¡?..¿a quién carajo se le ocurre llamar al celu a esta hora?...¿será Patricia?...tengo que atender: hola... ¡HOLA!...Maldición, es la bendita alarma.




martes, 27 de julio de 2010

SOPA DE LETRAS EN EL AIRE


Si bien era ya de madrugada y la luna resaltaba de plata algunos de sus cabellos rebeldes, Silvia no pudo contenerse y discó rápidamente el número telefónico de su amiga, no sabiendo en realidad si el ataque de risa que tenía le permitiría hablar , pero no soportaba esa sensación de cosquilleo, que tantas mariposas multicolores escapando de su cabeza le producían y no lograba parar la risa. Del otro lado del teléfono se escuchaba la voz de Cinthia, que por más voluntad que ponía, no lograba comprender lo que Silvia - entre carcajadas nerviosas- trataba de decirle, por lo que no pudo resistirse y comenzó a reírse también.
Y las mariposas se convirtieron en letras sueltas, alborotadas, que deambulaban entre ambos lados de la llamada, dibujando en el cielo una constelación nueva.
Silvia logró tomar aire y teniendo su inalámbrico en la mano fue hasta el viejo armario, donde guardaba el ya gastado medio mundo, con el que de pequeña pescaba en la playa y el que también usaba para cazar mariposas en la primavera.
Cualquiera que hubiera podido observarla hubiera reído con ella al verla correr por su casa, descalza y a la luz de la luna, con el medio mundo en la mano y haciendo extraños movimientos- que parecían una danza antigua - para lograr atrapar las letras que pudieran expresar el motivo de tanta risa cargada de absurda ingenuidad.
Finalmente, cuando consiguió " pescar" una serie de letras sueltas las esparció sobre una sábana blanca y logró armar una sola frase.
Entre tanto su amiga aguardaba impaciente del otro lado de la línea a que por fin se develara tan risueño y pícaro llamado.
Silvia, dejó por un momento el teléfono y arañando las sensaciones, ordenó aquellas escasas letras y pudo leerse sobre aquella blanca sábana: " todavía es posible amar".




viernes, 23 de julio de 2010

AMORES DE SOLO TRES GOTAS


Tres gotas de fina garúa
tallaron sentimientos
en los recodos de aquellas baldosas
donde nuestros cuerpos
juveniles ensayaban el amor

Y
las solitarias luces
sonaban a saxos y bandoneones
aturdiéndonos
en sentires indomables

Ahh...
puedo olerte aún
en la madrugada de aquella noche
brotada de besos y caricias
entre las solitarias calles

Tres gotas de fina garúa
se deslizaron como embrujo
entre nuestros labios ardientes
y
sellaron melodías
en un recuerdo que aún habita
ocultándose
de aquellos semáforos
embriagados
por
Tres gotas de fina garúa



martes, 20 de julio de 2010

UNA PEQUEÑA PIEDRA EN EL LAGO



Aquella piedra arrojada
en el apacible lago
pareció
sumergirse entre algas y peces
haciendo
ecos en la superficie
entre reflejos confusos

Mareos
giros y más giros
entre blancos y negros
entre luces y tinieblas
sin rumbo
hasta el lecho inexorable

Círculos concéntricos
disolviéndose entre costas desconocidas
aguardando inconscientes
algún inesperado remolino

Mareos
-giros y más giros-
sacudidas de tempestades huecas
de colores y sonidos
fango sutilmente removido

Relámpago y rayo
diluvio de río en sangre
peces danzantes alborotados
avecillas susurrándole en la mente...
y una alborada nueva

para aquella piedra
arrojada
en el mágico lago de los días...

Y
se reconoció paleta..
de rojos y azules
naranjas y grises..

Mareos
-Giros y más giros-
verdes, ocres y azabaches
entre los bellos reflejos
éxtasis de haber aprendido a jugar


sábado, 10 de julio de 2010

DE MIEL Y MISTERIO


Tus manos sin contornos
acarician mi anhelo
con perfume a jazmín...

en los jardines de mi cuerpo
saben a fuego y promesa
sonrisa esquiva en mis labios
Cómo duendes ocultos bajo algún empedrado

O tal vez sean faroles
en mis noches de invierno
como susurros en el aire que respiro
y
con la embriaguez de tu aliento
-tejiendo enredaderas te sigo buscando-
en el silencio de un acorde
de una danza... que no danzo

Tus tibias manos
anidaron en el hueco
de aquél viejo portón y convirtieron en miel
lo que hoy sólo es porfía.



miércoles, 7 de julio de 2010

EL REFUGIO DE LAS MUSAS....

Galería del Viejo Hotel
Balcarce 1053

Construida alrededor de 1890 como hotel, al declararse el barrio zona histórica en 1979, se la transformó en galería de arte y en atelier de pintores y escultores.



Historias que laten
en madera y blanco
hogar de pinceles anónimos
y ancladas madreselvas
hogar de bandoneones y paredes de adobe
contando viejas y misteriosas musas
a mis oídos embelesados

Sabor a óleos y acuarelas
en profusas manchas sobre yesos
-juntándose insolentes-
lágrimas esculpidas en los bordes
de alguna piedra olvidada

Sonrisas con aliento a madrugadas
en algún firulete
entre marionetas gastadas
o la quebrada en un sueño
-aguardando sigiloso-
en los empedrados que no amé a tiempo

Ah!!.¡¡¡Aromas rompiendo letargos!!!
Tablones y violines que danzan misterios
Chamuyos de letras dormidas
en las bocacalles solitarias
del viejo San Telmo

Y entre adobes y bohemias
desperté soñando
tallando estrofas en el atelier
de mi vida




martes, 6 de julio de 2010

MARAVILLOSO -TERAPIA EN CUATRO PATAS(extracto de nota publicada en Revista VIVA DE CLARIN))

Extrañamente, el domingo encontré una nota interesante en una revista del diario Clarín y en pocos minutos había concluído con la lectura y con la sensación de querer más.
La nota, escrita por CAROLINA ESSES, se titula TERAPIA EN CUATRO PATAS.
En dicha nota, describe impecablemente de qué se trata esta propuesta novedosa, por lo que en este caso paso a transcribir un extracto de la misma, a fin de poder compartirla con todos uds.

" Un corral y una manada de caballos. De pronto, la puerta se abre y entramos. Un caballo golpetea el piso sin cesar. Otro se dispara. La yegua se queda inmóvil; el potrillo aquel nos rodea, se acerca para olfatearnos. Cada uno de ellos está diciendo algo sobre nuestra manera de vincularnos con los demás, nuestras ansiedades o aquello que nos inmoviliza. Se trata de una técnica terapéutica asistida con caballos sin monta -a diferencia de la equinoterapia, que suele ser con monta- que sirve para tratar problemas emocionales pero también adicciones, ciertos grados de autismo e hiperactividad.

"Para mi hijo fue un antes y un después- cuenta María Dellepiane (44), que se acercó con el fin de revisar los vínculos de una familia ensamblada-. Pedro (20) es de esos chicos hiperactivos; de chiquito me decían que tenía ADD (trastorno por déficit de atención). Al entral al corral eligió un caballo y comenzó a llevarlo, caminando. Pero el caballo se movía sin rumbo y terminaba llevándolo a él. Si no sabés a dónde querés ir, el caballo no va a ir para ningún lado, le explicó Rocío. Pedro entonces dijo: voy para allá, y el caballo se movió con decisión.
Mi hijo vio reflejada en el caballo su imposibilidad de tomar decisiones".

Rocío es rocío Rodríguez Etchard (33), formadora asistida por caballos, quien está al frente de Ayatay, un campo en Cañuelas donde se desarrollan estos talleres, quien explica: El caballo se mueve con la energía de la persona que entra al corral, lee su campo emocional, lo que cada uno trae. Porque para el caballo no hay plano mental. Lo liberador de esta técnica es que el animal te refleja sin filtro. Acá te lo está diciendo un caballo, que no te juzga y a quien vos no podes manipular.

El primer encuentro no siempre es fácil. Aparecen miedos, inseguridades. Luego la manada comienza a moverse y a construir constelaciones alrededor de la persona....
Uno de los casos que cuenta es el de un niño autista de tres años y medio que no permitía que nadie lo levantara del piso pero que al entrar en contacto con los caballos dejó de gritar y permitió que lo alzaran para acariciarlos, comenzando así un lento acercamiento con el entorno.

Para ella (Rocío), cada animal cumple un rol dentro de la manada: por ejemplo está la yegua joven que representa a la niña o al niño herido que todos tenemos dentro. Refiere que fue esa misma yegua joven la que se acercó a una niña de nueve años que los padres llevaron a AYATAY porque casi no hablaba: "La yegua se quedó un rato largo olfateándola y cuando al fin se alejó, la nena se puso a llorar. El acercamiento fue tan movilizador que ese mismo día la nena empezó a hablar".

A Rocío le cuesta explicar por qué los caballos leen de esta manera la energía de las personas:"si me preguntás por qué se da con los caballos, no sabría decírtelo; lo que si se es que si uno observa un mismo caballo en el vínculo con diferentes personas, es difícil creer que se trate del mismo animal. Se comporta de manera totalmente diferente en cada caso"·

[...]....Primero se formó como terapeuta holística y luego se capacitó con Gabriela Abram, quien dirige PACAGUA, un centro pionero en este tipo de terapia situado en Villa Elisa, provincia de Buenos Aires. " El caballo conserva su instinto - explica Gabriela-, sabe que es un animal de presa a merced de posibles depredadores. Percibe lo que le pasa al resto de la manada. Es tan poderoso pero también tan miedoso que siempre está alerta. Con su lenguaje corporal nos muestra lo que percibe de la gente". Leyendo, entonces, el lenguaje corporal del animal, Gabriela y Rocío actúan como intérpretes.

[....] Estudió comportamiento equino, doma sin violencia y chamanismo, apoyándose en lo que ya sabía: la noble relación entre el jinete y su caballo. Aprendió que se podía criar caballos sin violencia. Pero no se quedó sólo en la cría; terminó por fundar un espacio en el que , a través del acercamiento entre el hombre y el animal, se pudiera llegar a resultados sanadores.
[...] Otro de los trabajos que se realizan con caballos es el referido a constelaciones familiares. Quien entra al corral elige un caballo para que lo represente y a partir de la manera de actuar del animal- y de la manada, que puede estar representando a otros miembros de la familia- salen a la luz bloqueos, trabas o diversas situaciones relacionadas con lo vincular.

Fue para participar de esta experiencia que se acercó Graciela López Abad (54), numeróloga con enfoque sistémico transgeneracional. Quiso constelar (explorar a través de esta técnica) la relación con su hija, Natalia (28). Así relata su vivencia: " Me encontré con una clara demostración de que la yegua que me representaba a mí quería acercarse a la representante de mi hija pero no encontraba el modo. Ante la frase de Mónica- la persona que dirigía la constelación-, la yegua que representaba a mi hija sintió lo dicho y lo manifestó con una clara expresión, tirándose al suelo en señal de total sumisión a su madre"....

DEL MIEDO A LA TERNURA

Para Roxana Cardoso (45), docente, la experiencia también fue movilizadora. Movida por las ganas de combinar sus dos amores- trabajar con animales y con personas, decidió participar en uno de los cursos de formadores asistidos con caballos que dicta Gabriela. "Cuando empecé el taller atravesaba un momento complicado. A mí me encantan los caballos , sin embargo no podía acercarme y si lo hacía, era con miedo", cuenta.

[...] ¿En qué casos resulta útil este tipo de terapia? Gabriela y Rocío coinciden en que en el trabajo con niños es especialmente interesante y también en casos donde se sospechas situaciones de abuso sexual. "Tenemos caballos que han sido muy maltratados en la doma, por ignorancia, tal vez, muy golpeados- cuenta Gabriela-, caballos usados para salto, por ejemplo, que pasaban todo el día en un box. Estos caballos se acercan espontáneamente a personas que han sufrido abusos".

Es también productivo el taller grupal: ver qué pasa entre cuatro, cinco caballos y un grupo de personas. La riqueza del grupo permite ver qué le sucede al otro. Al ser un experiencia intensa, se necesita tiempo para procesar lo vivido. Por eso, salvo en casos en los que se combina esta terapia con la equinoterapia (en adicciones o diversos grados de discapacidad), no se indica una frecuencia semanal. Dice Gabriela: "Hay que pensar que el caballo al reflejarte no tapa nada. Y lo más importante: percibe si hay coherencia entre lo que la persona muestra y lo que en verdad siente. Porque el caballo pide coherencia: es lo que necesita la manada para sobrevivir".

A continuación dejo los enlaces para contactarse con estos talleres:

www.ayatay.com.ar
www.pacagua.com.ar

domingo, 4 de julio de 2010

EL HOMBRE DE LA ESQUINA ( II parte)



Rocío se incorporó inmediatamente en la cama, buscando encontrar un poco de aire que calmara su angustia- que atormentaba su palpitar y su cuerpo. La alarma de un reloj pulsera comenzó a sonar y volvió a recuperar su aliento al ver que sólo había sido un sueño, que ese extraño hombre dormía plácidamente a su lado, con su cuerpo apenas cubierto por la sábana de tibios colores.
Silenciosamente se levantó y se envolvió en su bata de seda, aún no comprendiendo que era realidad y qué era simplemente un mal sueño. Caminó sigilosamente rodeando la cama para pode observar el rostro de aquél hombre y comprobar que era de carne y hueso y que todo aquello hermoso que había vivido no se esfumaría con la llegada del sol entrando por su ventana.
Recorrió cada poro de su piel, sus párpados cerrados, sus carnosos labios apenas entre abiertos que entibió con un beso suave, como un guardián de los sueños para que pudiera continuar descansando como si nada hubiera sucedido.

Un poco más repuesta y con los pensamientos más en claro, caminó hasta la cocina y puso a preparar café, mientras apoyada en la baranda de la pequeña ventana que daba al hueco del edificio, miraba cómo el sol iluminaba los tendederos de los departamentos vecinos, repletos de ropa tendida. Por primera vez le llamó la atención la variedad de ropa que se podía observar en ellos, siendo el del departamento del 2 B, el que más le llamó la atención: dos Jeens azules que por su tamaño, dedujo que pertenecerían a un hombre no tan joven; dos bonitas remeras estampadas que se las adjudicó a la esposa, y se detuvo absorta e inquieta ante las pequeñas camisetas, medias y bombachitas que allí se hallaban.
Un sonido punzante la regresó a su tiempo, indicándole que el café se hallaba listo. Se sirvió una taza con sus tres infaltables cucharaditas de azúcar y comenzó a caminar hacia el living, cuando por alguna extraña razón, se vio en dirección al mismo balcón donde había estado minutos antes.
Abrazando la tasa con sus dos manos para sentir el calor de la misma, fijó nuevamente su mirada en aquellas pequeñas prendas que le hablaban sin sonido alguno y sin embargo le estaban revelando sus secretos más íntimos.
Se sobresaltó cuando sintió que dos brazos rodeaban su cintura y unos labios cálidos besaban su terso cuello. Giró inmediatamente y allí estaba él, con su cabello entrecano despeinado, su barba apenas crecida y esos ojos... si, los mismos ojos de la esquina, que con una mirada desconocida se quedaron fijos en los de ella.
Era extraño y difícil mirarse sin saber siquiera sus nombres. Ambos se rieron mientras el aceptaba un sorbo del café que aún quedaba en la taza e inmediatamente la apoyó sobre la mesada y con voz suave dijo:

-Bueno, me parece que sería oportuno conocer nuestros nombres ¿no te parece?. --Me llamo Javier...

_Y yo Rocío- contestó ella con la sonrisa mas dulce que pudo haber tenido en su vida.


El medio día acechó rápidamente los ventanales siendo testigo de palabras y risas derrochadas por doquier. Atrás había quedado el horrible sueño de ése tal desconocido Diego.

El despertar de la tarde por entre las persianas delataba la historia real: la de un encuentro de cualquier esquina, dónde los deseos ardían casi tanto como aquellos anhelos, devenidos en miedo por el inevitable tic tac de su vientre.

Luego de varios años, ella continuó asomándose por aquella ventana para observar la ahora desértica esquina. Cada noche hacía casi el mismo devoto ritual, como aquél que ofrenda una oración ante un altar de esquinas irrespetuosas.
Y mientras los brazos de Javier rodeaban su cintura una vez más, en su tender colgaban como estrellas brillantes, pequeños pares de mediecitas , escarpines y dos jeens azules.





En el Aire

¡Calla! Calla el silencio de rojo estrepitoso Calla como calla la estampida en la nube que por marte se pasea Calla a...