viernes, 26 de agosto de 2011

UNA CAMISA DE SEDA GRIS


No le importó demasiado el precio, la camisa de seda bien valía la pena, son su tersura y ese color gris perlado que tanto le gustaba. Si bien no le sobraba el dinero, consideró que era una buena compra y decidida entró en la tienda, perdón tienda no, en el local del Shoping de la avenida Santa Fe. Fue directo a una de las vendedoras, que al verla ingresar se aproximó velozmente, seguramente pensando en una comisión que le permitiera llegar a su objetivo.

Sin dar rodeos, Alejandra le señaló la prenda que lucía en el escuálido maniquie que se hallaba en la vidriera. Luego de mirarla de arriba hacia abajo, con esas miradas que parecen puñales, la vendedora le pregunta por su talle.

Trenzándose en una lucha feroz contra la imagen que proyectaba el para nada benévolo espejo, salió del probador con la frente bien alta y con total seguridad le dijo: "me la llevo".

La semana se había hecho demasiado larga o tal vez, demasiado corta.


El departamento olía a escencias que se desprendían de pequeños calderos que yacían sobre unas bonitas mesas que decoraban su living. El fuego tornaba rojizos los sillones y su resplandor concordaba con el de sus ojos.

Asomada al balcón, la ciudad parecía un hormiguero al que le habían echado agua hirviendo. El vapor se desprendía del asfalto y de los edificios sin piedad alguna, pero ella estaba a salvo, bajo los efectos del refrescante aire acondicionado.


El portero sonó insistentemente. Sergio, solo empujó la puerta del departamento que ya se encontraba entornada, llevando en su mano una botella de un cautivante vino espumante. Apoyó delicadamente la botella en la mesita ratona, justo al lado de uno de los calderos , aflojó el nudo de su corbata y arrojó su saco en el sillón tratando de recuperar el aliento.



¿Ale?...¿Aleeee?...- dijo casi murmurando...

Un sensual roce de sus pechos sobre su espalda humedecida, estremeció su cuerpo.El giró impaciente y con suma delicadeza los rozó provocándole un estertor y algún gemido sofocado, mientras el gris de la camisola se iba derritiendo en su importante amplitud, sobre la piel ansiosa de Alejandra.


Por fin la había descubierto, en sus contornos reales, en su textura de valiosas estrías, para hundirse en su boca, para recorrer su cuello con esos labios carnosos y tiernos que ella tanto amaba.

Por un segundo recuperaron su aliento entremezclado, para mirarse a los ojos y reconocerse una vez más.


Junto al saco de Sergio terminó la bella camisa de seda de Alejandra y la botella permaneció sin ser abierta

Como en una danza llegaron hasta el dormitorio, donde ya nada puede describirse pues no había un él y un ella. Sólo una caja sobre la vieja cómoda, con una nota: Feliz boda de platino mi amor!!



FE DE ERRATAS: donde dice "platino" debería decir "plata"...

jajajaja



jueves, 25 de agosto de 2011

UMBRALES (sueños de tres grados bajo cero)


Sus cuerpos yacen
acurrucados en colchones
acartonados de tetra briks.

Sólo los abrigan
las nubes....
las estrellas...
o un manto de llanto divino
bautizando sus almas.

Sus vidas deambulan
en un mundo paralelo...
invisibilidad de harapos y
de soledades indescifrables.

En medio del tumultuoso transitar
de androides
ellos yacen
aguantando la vida
olvidando- tal vez-
el autobús que los dejó en esa parada.

Yo
- otro androide-
que arrastra el rechinar de la vergüenza
y de la culpa,
los miro suponiendo
imaginando
manteniendo la distancia prudencial
por no saber qué, ni cómo.

Las miradas se hacen esquivas
tal vez exista
sólo un cruce de palabras simples
"¿Tendría un Cigarro?"





lunes, 22 de agosto de 2011

EL HOMBRE DE LA TAZA


Su sobretodo chorreaba agua, cuando por fin logró refugiarse bajo el toldo de un comercio, que dada la hora ya se encontraba cerrado.

Miró una vez más su reloj y vio que era tardísimo. Demasiado tarde, dijo para sus adentros.

El cielo parecía que no le daría una tregua, que la lluvia sería como el diluvio universal, aunque a esa altura ya no podía distinguir de dónde provenía tanto líquido.

Con el doble de su peso, llegó hasta su casa, dejó en un costado de la entrada el paraguas totalmente destruido. Se sacó el abrigo y lo colgó en el perchero, ése que está justo al lado de la puerta de entrada, ése de madera tallada que había heredado de su padre y que por respeto a él, lo conservaba. Muy pronto el recibidor se convirtió casi en un lago y el perchero comenzó a deformarse por tanta humedad. Decidió tomar un baño caliente. Subió los escalones lentamente mientras se podía escuchar el plaf plaf, que sus zapatos ahogados hacían con cada paso.

Ya repuesto, bajó a la cocina y prendió la mortecina luz, que hacían brillar o algo así, una pava de metal, los azulejos viejos, esos celestes clásicos, y una taza de café - todavía sucia- que yacía sobre la mesa.

Prendió el fuego, puso a calentar agua- el agua, siempre el agua-, mientras se batía un café instantáneo, ya que era la única forma en que lograba beberlo. Mientras su mano hacía girar la cucharita en esa mezcla de café y azúcar, se miró en el pequeño espejo que había en el pasillo. Se quedó atrapado en sus canas, sus arrugas y de pronto fijó su mirada en sus propios ojos, rojizos de tanto llanto. En esos ojos que había estado tratando de evitar hacía tanto tiempo.



Alguien comentó que cuando la policía llegó, ningún rastro quedaba de aquél hombre, sólo las dos tazas de café y una nota que yacía debajo de una de ellas:" Tanta agua ha borrado la marca de tus labios de esta taza que con tanto cuidado dejé intacta desde esa noche en que tu boca la besó, la misma noche en que me condenaste a no olvidarte."



viernes, 19 de agosto de 2011

HUECOS EN MIS RENGLONES



Y si...
di vuelta la página
blanca
impoluta
santificada por ausencias...

Y
fueron pasando cientos de ellas
deseosas de encenderse
en pasiones ocultas
en miradas
capaces de grabarlas como
tatuajes en la piel.

No recuerdo ya
cuántas hojas he dado vuelta
sin lograr dibujar
sobre ninguna
las delicadas líneas
de
mi cuerpo enredado
en ése, que aún desconozco.

Sin sentir
que su mirada
guiase mis manos
en trazos de versos
tan reales como mi anhelo
como el aliento compartido
como
el hueco que aún reina
en los rincones
de las madreselvas de mi alma.

Ya
no se si dar vuelta un página más
para luego
hundirla en el desasosiego
de sábanas frías
convertidas en huecos
en los renglones de la vida.



martes, 16 de agosto de 2011

VENTANA ( no puerta, ventana)



Ventana
irreverente
irrespetuosa
y
brutalmente desnuda

Justo allí,
-a contramano
con sus hojas abiertas
en sentido contrario-
el mundo en mis manos
tras las mismas rejas

Ventana
fría
hueca
compacta
repleta de sonidos guturales
de gemidos
de lágrimas disolviéndose en mares
los mismos mares
estallando
en los mismos acantilados de siempre.

Ventana
-no puerta-
amasijo de letras confusas
pegoteadas
signos onomatopéyicos
deambulando como fantasmas

Ventana,
no puerta.




martes, 9 de agosto de 2011

Otoño Carnal





En este otoño carnal

caen

los

gajos

de labios resecos

como rojas lágrimas


disipándose invisibles


sobre cualquier vereda.


En este otoño carnal


el sol perfuma los anhelos

y

sombrea aún más las líneas


de un contorno desdibujado


en sequedades y arrugas silenciadas.



En este otoño carnal


la lluvia revive


pétalos de amor


ya


sepultados entre las


amarillas hojas de mi libro


como las ánimas de un sueño.



domingo, 7 de agosto de 2011

SUPERMARKET


Reconozco que era un poco tarde y ya estaba por cerrar el hipermercado. Pero tratando de apurarme lo máximo posible, recorrí a paso acelerado entre las góndolas intentando localizar la que estaba necesitando.

Comencé a desesperarme cuando por los alto parlantes comenzaron a anunciar que estaban cerrando y que por favor fueran acercándose a las cajas.

En uno de los pasillos me encontré con una persona de seguridad interna y le pedí por favor que me diera unos minutos más. Debe haber visto mi rostro de desolación, ya que sólo atinó a esbozar una sonrisa, a la vez que con su brazo hizo un gesto de que continuara.

Las luces iban apagándose de atrás hacia adelante y cuando ya no quedaba nadie más, tuve que retirarme.

Era aún más tarde y hacía más frío todavía, cuando ya convencida me fui sabiendo que allí no existían las góndolas de los abrazos.


viernes, 5 de agosto de 2011

KEYS ( Perdón por mi ausencia, ya entenderán)




Las miro una y otra vez, luego de haberlas probado en infinidad de cerraduras, pero no abren.
¿Demasiado viejas?.... puede ser.
¿Cerraduras equivocadas?... también puede ser.
La cuestión es terriblemente sencilla, la puerta no se abre y el reloj sigue funcionando como siempre, marcando su tic tac implacable.
He consultado ya muchos cerrajeros, algunos han intentado rehacer la llave o bien darme instrucciones de cómo engrasar la cerradura para que funcione. Otros, en cambio me sugirieron que cambiara toda la cerradura, haciendo con ella un nuevo juego de llaves.
Pero hay algo que no está bien hecho, porque o engraso la cerradura equivocada o confundo las llaves nuevas con las viejas y la puerta sigue sin abrirse y el maldito reloj sigue con tu tic tac de calendarios.
A esta altura llevo guardada una lata llena de llaves oxidadas y otras no tanto, igualmente inservibles por lo visto.
Alguien me aconsejó que buscara otro cerrajero, que intentara otras opciones. Con gusto lo haría, pero no logro salir, la puerta continúa cerrada.
Y de tanto estar a solas con ella, en más de una oportunidad me he puesto a conversar, intentando saber si me estaba defendiendo de algún agresor o bien, me tiene secuestrada en el infierno que significa querer salir, volar, soñar y no lograrlo. Sus respuestas, como no podían ser de otra forma, fueron confusas, dándome razones para una cosa y también para la otra.
En las noches frías y solitarias como la de hoy, miro hacia los costados y también veo puertas cerradas, y comencé a dudar si tal vez, por algún motivo que yo no recuerdo, en algún momento fui condenada a prisión y por eso estoy en estas condiciones. De ser así, la responsable sigo siendo yo, claramente.


Me quedé pensando que hace un tiempo ya, un día apareció por debajo de la puerta de mi casa un papel en el que estaba escrito: contraseña ************


En el Aire

¡Calla! Calla el silencio de rojo estrepitoso Calla como calla la estampida en la nube que por marte se pasea Calla a...