- Hola, cómo estás?... Recién hoy después de tanto tiempo me decidí a escribirte. Y es raro, ya que no nos conocemos. Tal vez así sea más fácil expresarte lo que siento ya que entre tus cosas y mis cosas, no hay mucha diferencia; sólo las distintas pinceladas que al vivir han dado un colorido particular a esta obra inconclusa que es la vida.
Ella miraba a través de esos profundos y tristes ojos marrones. Solitaria, reflexiva y muy madura, hacía correr esos antiguos ruleros de su madre sobre la montaña de arena que había en el jardín. Y así en un segundo se convertía en una operaria de vialidad nacional, preparando la tierra para que un nuevo camino pudiera llevarla, tal vez, al rincón de la felicidad.
Un camino lleno de árboles, mares y montañas elevaban su alma a un paraíso. Una fuerte discusión la trajo rápidamente de regreso a la capital federal.
Atrás habían quedado las cumbres nevadas, los frondosos bosques y las libres aves que surcaban el cielo.
Otra vez la tristeza y la angustia de ver, entender y callar. Ser testigo imparcial del drama familiar talló su alma, como esas máscaras indígenas llenas de contenidos y significados silenciados.
Ayer la volví a ver después de algún tiempo . Yo creía que tal vez había logrado sonreír desde lo más profundo de su alma. Pero ayer, sin querer, la volví a ver con lágrimas en los ojos....frente a mi espejo.
Es muy bonito pero da mucha pena.
ResponderEliminarBesos.
Esos dramas familiares nos sacuden a todos en nuestra infancia. Pero con los años aprendes a verlos de otra manera. No lo había leído y me ha gustado mucho. Un saludo.
ResponderEliminarRelato lleno de ternura , tiempos que no acaban de pasar y que te recuerda el espejo, de cosas que no acaban de marchar, una niña que siendo mujer no ha dejado la niñez atrás.
ResponderEliminarTierna historia de una vida reflejos de muchas vidas. Recuerdos que a veces no se van.
¡Me gusta como nos cuentas las cosas de la vida.
Un beso
hola, tierno y sentido relato, precioso, se degusta con sumo placer, pasa buen día, gracias, besos.
ResponderEliminarEstupenda música la de hoy,aunque no lei este relato en su momento,me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn besico y te deseo un buen finde.
(ay la p...)
ResponderEliminarMe puse a llorar. Es absolutamente conmovedor este relato.
(y llevo una hora escuchando tu música que me está matando suavemente)
Volviendo al 2010, esa niña que fue ingeniera de caminos de arena hechos con ruleros, hoy hace caminos de letras, es increíble como desde chicos intuímos por dónde vamos a ir.
Un abrazo.
qué perfecta retrospección, hacia la niña que buscaba el rincón de la felicidad.y ahora el espejo es un viaje al pasado.Ella llora aún espera...y busca ese rincón?? Un abrazo
ResponderEliminarMaravilloso relato, Beatriz, no puedo llamarlo "cuento", sería una irreverencia de mi parte. Me ha conmovido tanto, que seguramente la próxima vez que me mire en el espejo, también yo encontraré a una niña.
ResponderEliminarUn beso grande :)
Que crueldad la del espejo. Nos devuelve siempre la verdadera imagen de nuestros sentimientos. No negocia, no esconde y expone todas nuestras miserias y bondades!!! Buen relato, como siempre.
ResponderEliminarHola amiga Beatriz los espejos no mienten nos reflejan en ellos tal como somos.
ResponderEliminarUn abrazo de MA y mil gracias por dejar tu huella en mi primer aniversario de blog.
Besos de MA y mucha luz ,la luz del amor en nuestra vida.
ACOMPAÑELA Y DIGALE QUE TODO PASA Y QUE UD VA A SER LA UNICA QUE ESTARA SIEMPRE..
ResponderEliminarAbrázala.
ResponderEliminarQue estés bien, sana y feliz.
Beso***