¡Pará... ¿podrás callarte un segundo?... ¿no te das cuenta que me tenés recontra harta de escucharte TODOOO ELL TIEMPOOO?
Que si hago esto... o aquello... o por qué lo hago de esta forma y no de otra. Sos como una espina clavada...Aunque tengo que reconocer también que me haces reir mucho, sobre todo cuando como si fueras un espejo me devuelves una imagen de mi misma muy cómica.
Recuerdo el día que salimos con Cecilia y Tomás para ir al cine, era pleno invierno y yo estaba muy abrigada, pero arriba de la campera me puse el poncho, ese de color mostaza. Subimos al colectivo y cada uno sacó su boleto, yo fui la última, y me dirigí inmediatamente a los asientos de atrás donde estaban ellos. Apenas me senté, se acerca una chica de unos treinta años, que con ojos tiernos, se agacha y extendiendo su mano, me da una moneda de veinticinco centavos a la vez que me dice: Sra... esto es suyo. ¿Te acordás cómo se reía Cecilia?...ella mi hizo notar que mi apariencia, con ese poncho, se asemejaba a la madre tierra, a la vieja Pachamama... y todavía me río cuando lo recuerdo. Claro me reía, con ese humor negro que me suele caracterizar, imaginándome casi una anciana a la que le alcanzaban la moneda con toda consideración, siendo que todavía me falta un poco para la ancianidad.
Cecilia propuso jugar una ficha de pool, nunca fui demasiado buena para eso, pero lo de ése día fue atroz, hice saltar la bola fuera de la mesa y casi rompo una máquina de video juegos que había cerca. Si no hubiera sido por vos, me hubiera sentido avergonzada, sin embargo, lo único que pude hacer fue cruzar las piernas para no hacerme pis encima de la risa.
Cuando me hablas así me gusta, cuando no me estás criticando todo el tiempo. A veces no te das cuenta lo difícil que es convivir con vos. Te volves insoportable. Yo se que nos tenemos que tener paciencia, pues estamos destinados a convivir hasta nuestro día final, mi querido pensamiento.
A veces es mejor no hacerle caso.
ResponderEliminarQue lo pase mal él y que nos deje en paz.
Besos.
¡Qué buen texto, amiga!
ResponderEliminarSi pensamos, existimos...
Me gusta que seas y que estés.
Un abrazo grandote.
Jejejee...
ResponderEliminarel mas fiel e inseparable compañero.
Besos mil.
Uffff... es que es tan melindroso... se mete en todo, lo juzga y a la vez lo justifica todo.. a veces, sí, es mejor pasar de él.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Es que el pensamiento tiene vida propia y pocas veces lo podemos controlar, jajajaja
ResponderEliminarDe esos ataques de risa sé mucho, cuando me tiento me río cada vez que me acuerdo, así pasen varios días (y en cualquier lugar, claro).
Pero ¿no es hermoso? ¡Viva la espontaneidad!
Me encantó tu texto.
Besotes.
pase por aqui y me agrado tu espacio te sigo y sera un placer verte por mi diario.
ResponderEliminarbesos con cariño desde México
mucha tolerancia. bonito lo que escribiste.
ResponderEliminarYo tengo como la extraña sensación que a este escrito ya te lo he comentado y leído
ResponderEliminar(en face)
pero es que mi pensamiento mientras lo leía me iba borrando las letras, ahora vine sola, shhhh no le cuentes a nadie que por un rato me lo saqué de encima =P
Besos.
Inquieto y lúdico; sensible y cálido; otras veces insoportable y doloroso., Que si está bien, que si está mal. Que tal vez aquello no era lo adecuado, que formula miles de interrogantes, y me deja siempre con la tortura de sentir, que puedo ir más allá de lo soñado.
ResponderEliminarUn besito Beatriz.
Me gustó tu relato diario de lo que pasa simple y certero te sigo leyendo
ResponderEliminarwow Beatriz, buenisimo!!!!!
ResponderEliminarmmm...esos pensamientos....
un abrazo
Hola Beatriz..
ResponderEliminarme ha encantando volver a leerte..así ya estás presente por acá. Sigues sutil como siempre y suave.
un abrazo