Algunas tardes de otoño,
un ángel jugaba
con el arpa de sus cabellos,
acariciándolos
como en un ritual.
Y celestiales
valses
con trajes de miriñaques
palpitaban anhelos
de jazmines y de azahares
en
los sueños de una bella niña.
Un ángel jugaba
con notas de amor
enjugado
en pentagramas olvidadas.
La niña
vestía su tutú...
el brillante cabello
-que olía a vainillas-
y
con su malla de raso celeste
danzaba solitaria...
en el amplio y solitario hall.
Giraba y giraba
extendiendo sus brazos
mezcla de hada y cisne.
Y
el aire se convertía en brisa
con el agitar de sus sueños,
convertidos en alas de cera
y zapatillas de punta.
En las tablas
repletas de libertades,
-con la brillante ausencia de miradas-
danzaba abrazada a su muñeca.
Ya no viste tutú..
ni zapatillas de punta.
Ya no gira y gira
como quien quiere alcanzar
el amor reinante en cualquier aurora.
Sólo algunas veces.
-cuando cierra sus ojos-
suena la música, como el ensueño
de aquél ángel
y su alma
respira por unos minutos
el aroma de los viejos azahares
y los ya amarillentos jazmines
de la libertad.
No deberíamos haber crecido.
ResponderEliminarEn la infancia hay ilusiones y sueños.
Que lástima.
Besos.
Nostalgico y bucólico, lleno de hermosura , que donde hubo siempre queda y se trasmite. Y cuando cierra los ojos surge el ángel que lleva dentro. Porque aún es niña por mas que sea también mujer hecha poema.
ResponderEliminarUn beso
Que preciosidad, como danza tu fructífera imaginacion... hermosa fantasía desprendida de nuestros sueños e ilusiones, ángeles que perduran en nuestro eterno idilio con el amor... cuídate y se siempre libre y feliz
ResponderEliminarBesos de Naty
precioso poema,
ResponderEliminarLa libertad siempre està ahí aunque se parezca a un jazmín amarillento, podemos reconocer su perfume que nos guía hacia otras danzas con alas màs consistentes. Un beso
ResponderEliminarHola amiga hermoso poema nos regalas con tu sentir de poeta , un canto al amor y a la libertad y a la vida...
ResponderEliminarBesos de colores y con olores a rosas de mayo florido y hermoso pleno de auroras...
Muy lindo el poema.
ResponderEliminarGracias por compartirlo
Besos mil, :)
Ser como eramos siempre mantener el asombro ante nosotros, sintiendo como cuando éramos chicos
ResponderEliminarPlacer leerte
Me causa asombro el blog MUCHITA .Ya que es mi nombre de verdad que otro lo use jaja!!!!
ResponderEliminarMucha de la Torre
Cuando nos hacemos grandes las alitas de cera se derriten ante el primer contacto con el fuego, porque son fuegos que olvidaron el juego de los niños, los sueños de los niños, las mareas de ilusiones de los niños. Y nos ponemos alitas reforzadas de hierro, y claro se nos dificulta el baile, el vuelo, caminar...
ResponderEliminarPor eso me gustan estos pequeños espacios, donde nos atrevemos salir a escena con el tutú desgarrado, las zapatillitas medio ajadas y el pelo así nomás, sólo a mostrar el alma jugando su danza favorita, sin que nada importe mas que eso.
(me encantó el poema, sentí que era yo quien bailaba)
Besos.
Esos valses..que suenan siempre..que vienen y van..que están y no están..quedan por allí brillando en los recuerdos. Cuando la esencia se va transformando..aquella primera queda..allí..aqui..sin perderse jamás...
ResponderEliminarBesos desde la orilla de los sueños