En Buenos Aires, el día es gris y húmedo.
Tan gris y húmedo como mi ánimo. Me levanto cansada, sin ganas de nada, sabiendo que debo apresurarme para ir a trabajar, pero no puedo.
Todos los movimientos son lentos, apesumbrados, como el gris de la ciudad, como el gris de mi alma.
Hoy no se vé el sol, no siento calidez en mi espíritu.
Hoy la soledad se espesa en los ruidos y palabras dichas sin sentido y sin medida.
Hoy me anima saber que ustedes están allí, en la distancia y con tanta cercanía en el alma.
Hoy.... Buenos Aires y yo estamos en composé.
Buenos Aires puede palidecer
ResponderEliminarla tristeza puede doblarse como un manto
Sin embargo,Buenos Aires y la tristeza repiten ensimismados hasta cuando la luz dejará de ser tenue,porque la palidez no puede entristecer la insolencia de la existencia
Abrazos
Ya es martes y hay sol.
ResponderEliminarY viento, tal vez el airecito frío haya alejado esa sensación de agobio y pesar y estés mejor.
Besos.
(estoy escuchando la música de tu blog, es muy buena!!)