El silencio
podía escucharse
cómo un río tumultuoso,
como el crepitar de los leños
en la chimenea.
La luna tenue
brillaba sobre el reflejo
de sus miradas
como un eclipse solar
como palpitar del universo.
El silencio
hizo de las palabras
un camino de arena tibia,
de mar espumoso
bajo la luna cómplice.
Ohh...
El silencio
-sinuoso magnetismo-
dejó que
el sólo roce de sus labios
escribiera el resto de la noche
Hablaron el deseo y la pasión.
ResponderEliminarPara qué más?
Besos.
Gracias querido Toro por estar siempre, pase el tiempo que pase sin publicar. Gracias de verdad. Un beso y abrazo !!
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