sábado, 17 de abril de 2010

TERROR EN EL SILENCIO DE LA NOCHE


Una lágrima entre las rejas de mi pasado
sabiendo a gris plomizo
habitante de la tenebrosa oscuridad
de los sueños nocturnos
sales, te escapas de tus carceleros
como el viento se filtra por las rendijas
de aquella vetusta ventana.
Silenciosa...te refugias
en trocitos de memoria
y me cuentas...
más... ya no puedo saber.
Hay una lágrima entre los retazos de mi memoria
hiriente como acero de la fragua,
ácida como revoltijos inhumanos
de dolor inconmensurable.
Lágrima de acero
sin ningún hombro de terciopelo...
sin ningún pecho de algodón...
Sólo las grietas de una piel que te cobija
tan gris y plomiza como tú.
Sólo un papel en blanco
y un grafito esbelto dibujando
tal vez el sepulcro donde mores en paz.

5 comentarios:

  1. Terror y tristeza.
    Hay que huir de ahí.

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Wenas!! Deja que la lágrima escape para que pueda mostrarse la sonrisa. Hay quién dice que es necesario sufrir antes para poder reconocer la felicidad después. Hermoso y triste poema.
    Saludos!!

    ResponderEliminar
  3. tú lo has dicho Beatriz: las lágrimas a veces son tan fuertes e impreriosas como el acero.
    besos!

    ResponderEliminar
  4. Una lágrima de un material tan duro tiene que herir demasiado, espero que ese corazón lo soporte y levante nuevemente el vuelo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Hola Mónica, hermoso texto y creo sin dudas que la escritura es una morada concreta para todas las relecturas que podamos hacer de nuestra memoria.

    Saludos y gracias por tu apoyo cálido para con nuestro programa, un beso

    Karina

    ResponderEliminar

Has entrado en La Caja, cuéntame lo que encontraste, déjame tu huella, quedará guardada.

En el Aire

¡Calla! Calla el silencio de rojo estrepitoso Calla como calla la estampida en la nube que por marte se pasea Calla a...