jueves, 22 de abril de 2010

LIBERTAD CONDICIONAL (hologramas de barrotes)


Sentada en el rústico banco otoñal, pensaba si acaso esta estación del año sería prima hermana del sol, tiñiendolo todo de dorado. Pensaba también que tal vez fuera el sol del ocaso en el horizonte de mis sentimientos bañándolos de oro. Y de pronto esa fotografía esculpida en mis suspiros, se topaba con los barrotes disfrazados de árboles. Y allí me encontraba sentada en el desvencijado banco de madera dentro de mi propia celda . Celda de construcciones prehistóricas limitando mi vuelo por los cielos razos pintados de algodón .
Sentada en ese rústico banco otoñal, grite llamando al guardia, quien con extraña amabilidad me respondió:
--Sí piba,¿ que necesitas?- dijo con rostro de aburrimiento.
-Ud.....Ud...¿podría ayudarme a buscar la llave?...-contesté temblorosa, suponiendo que vendría lo peor.
_Piba, ¿vos me preguntas por TU LLAVE?- contestó con un gesto que me costo distinguir si fue de cierta ternura o de ironía sutíl.
-Si, jefe, de ésa le hablo. Esa que de tanto dorado que hay por todos lados no logro encontrar. Si, ya sé lo que me va a decir: "que fuí yo quien la tiró hace muchos años, que va a ser difícil encontrarla"...-le respondí casi arrepentida de haberle hecho esa pregunta, más aún cuando recordé que el jefe no dejaba puntada sin hilo y que inmediatamente aprovecharía la oportunidad de recordarme una vez más que me encontraba allí por mí misma.
_¡jajajaja! pero mira vos! la piba...¿ había estado graciosa eh?- exclamó tan sarcasticamente que las lagrimas comenzaban a brotarme como una gotera de inverno sobre la cama tibia.
-¿Eh...¡.para un poco piba, que no te hice nada!.. -respondió mientras se acomodaba la vicera de la gorra .
-Si ..jefe ...discúlpeme...es que sabe...¡hace tanto que estoy aquí!- balbucé timidamente al compaz que secaba las incipientes lágrimas. A ellos nunca le gustaron las lloronas, siempre tenían alguna represalia hacia ellas. Pero por alguna razón desconocida para mí, ese día Francisco estaba distinto, algo distinto , por lo menos así me pareció en ese momento.
_Jajaja, piba....me parece...que hoy, es tu día de suerte. Estoy de muy buen ánimo y ya no tengo ganas de verte más esa cara de sufrida. Así que vamos a hacer una cosa: vos me contestas bien dos o tres preguntas que te hago, y si lo haces bien, te doy una respuesta. ¿te va el jueguito?- dijo mientras sus risotadas se multiplicaban en miles como habitantes de los árboles, arbustos y troncos que pudieran encontrarse por la zona.
-Y si...que podría perder jefe?...
-Bueno, a ver nena, dejame que piense un poquito- decía con voz suave al tiempo que hacía todo lo posible por alcanzar rascarse la espalda.
-Ya está , ya te tengo tu pregunta_
-Diga Jefe, diga no más-
-¿hace cuanto la perdiste?-
-Mmmm, y casi ni me acuerdo, creo que apenas que me trajeron a este sitio. ¿no fue justo a Ud. que se la dí? Sí fijese que sí, fue a ud., cuando los dos eramos muy jóvenes todavía...
-Bien, vas bien nena. Va la otra y fijate bien lo que vas a contestar eh!: ¿qué harías con la llave?- dijo Francisco con una mueca pícara en el rostro.
-¡Don Francisco!, ¿que puedo querer hacer?... ¡Salir de aquí Don, salir de aquí! Mire está por llegar el invierno y yo todavía sigo aquí!...
-Buena respuesta nena,¡ muy bien.!- : y ..¿qué harías al salir?..- preguntó mirándome serio.
Su actitud me generó una total incertidumbre ya que él jamás había tenido essos comportamientos tan humanos. Creo que fueron muy pocas las veces que habíamos hablado así.
Miré a mi alrededor...y le contesté:
-¿Sabe que haría don Francisco?- Miraría profundamente los ojos de quién amo y sin más verguenza se lo diría casi a gritos silenciosos. Estiraría mis alas para abrazarlos. Libertaría mis sensaciones aprisionadas con tanto esmero y ellas volarían de flor en flor, recorriéndolas una por una. Degustando su polen vigoroso. Libertaría mi alma de los falsos pudores, de las hipocresías, y me lanzaría a disfrutar de la vida y ya nunca más callaría el amor.
Ay piba, que excelente respuesta me diste!- contestó entusiasmado.
--Bueno, don Francisco, ¿me va a decir o no donde puedo encontrar la llave?--
-Con paso lento y sereno, se acercó hasta las rejas y me incitó a que caminara hacia él.
-Piba, empuja la reja.- dijo mirándome fijamente a los ojos.
-Sí, si empuja la reja no más e digo!...
Yo respiré profundo y empujé la reja y ah que sorpresa !la puerta estaba abierta!...Siempre estuvo abierta.

11 comentarios:

  1. Hace dos días a raíz de un accidente comprobé estupefacto que una enorme reja de seguridad que todos creíamos cerrada desde hace montones de años en realidad había estado siempre abierta.

    Es cierto totalmente.

    Cuantas cosas nos hemos perdido por ideas equivocadas...

    Besos.

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  2. Somos nosotros mismos los que mantenemos esa reja imaginaria cerrada.
    Me ha pasado, me pasa.
    Ayer me sentí un poco asi.
    Hoy pienso que debo empujar y no tener miedo a vivir, vivir plenamente.
    Quizas es el miedo de salir a la vida.
    Quizas solo eso.
    Besos corazón-
    Un cuento maravilloso que llama a la reflexion.

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  3. Muchas puertas están cerradas y seguirán estándolo mientras que no empujemos o las derribemos; cruzar puertas abiertas es fácil, lo difícil es atravezar los barrotes de acero que se ponen en nuestro camino todos los días y que muchas veces no nos atevemos a derribar por temor, porque creemos que son demasiado para nosotros y que nuestra fuerza no da para tanto.
    Un saludo.

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  4. Wenas!! Impresionante relato, me ha encantado. Muchas veces creemos estar encerrados cuando lo único que nos retiene en nuestro miedo a ser libres.
    Saludos!!

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  5. A veces las cerraduras o los límites sóllo existen en nuestras cabezas....
    Excelente relato.
    besos!

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  6. Nuestra miopia fruto de enseñanzas morales estupidas nos han cerrado puertas imaginarias que nos impidieron disfrutar plenamente de la vida.

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  7. Todavía no me fui :)

    A veces pensamos que estamos en prisión y no, es nuestra mirada que encarcela, que pone rejas (prejuicios, miedos, incertidumbres...) un día eso se cae como una máscara y no eran rejas, eran árboles.

    Tenemos que aprender a mirar de nuevo.

    Besos

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  8. Ay me olvidé de decirte que me llevé un párrafo del texto, para el cóctel poético.

    Besos y ahora si, me voy a portar bien!

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  9. Realmente lindo lo que escribes.

    Besos.

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  10. Excelente relato cargado de metáforas muy reales

    Saludos

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  11. Hola Beatriz, espero y deseo que la involución sea imposible, pero la fragilidad de los logros y libertades femeninas y el apoyo de tantas mujeres al sistema patriarcal, me da que pensar. Gracias por tus comentarios y feliz principio de domingo, para mí final. Un abrazo.

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