Dorados caminos surcaban
las almas, exhaustas de anhelos ...
y una sonrisa simple se esbozaba
en tu rostro... en el mio.
Las manos simplemente se rozaban
mientras los labios
balbuceaban detrás de aquél árbol
cuánto se deseaban.
Dorados caminos surcaban
las almas,
crujientes de ocre,
éxtasis de ensueños con cada mirada.
las almas, exhaustas de anhelos ...
y una sonrisa simple se esbozaba
en tu rostro... en el mio.
Las manos simplemente se rozaban
mientras los labios
balbuceaban detrás de aquél árbol
cuánto se deseaban.
Dorados caminos surcaban
las almas,
crujientes de ocre,
éxtasis de ensueños con cada mirada.
Cuando el tiempo era amable...
ResponderEliminarBesos.
El amor este constructo fatal. Besos.
ResponderEliminarBonito tiempo de color... los sentimientos colorean cualquier paisaje anodino... un saludo. Marea@
ResponderEliminarQué grande es el deseo y qué bonito cuando se consuma.
ResponderEliminarUn saludo.
"Las manos simplemente se rozaban
ResponderEliminarmientras los labios
balbuceaban detrás de aquél árbol
cuánto se deseaban.
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Las manos,los labios,el corazón palpitado y un árbol como testigo de una gran pasión
Besos
Nuestros años felices...
ResponderEliminarEl otoño me mata de nostalgias, y veo el tiempo escurrirse entre ocres.
Es bello. Bello de letras y paisajes.
Besos.
Asi es Pato, otro tiempo lleno de tiempos por vivir, chapoteando entre hojas secas. Los tiempos de Nuestros años felices. jaja
ResponderEliminarUna linda sonrisa de recuerdos.
Me gustan esos dorados caminos.
ResponderEliminarBello poema.
Besos.
de tal deseo bebemos y vivimos
ResponderEliminarHas dos estaciones que amo profundamente, el otoño y la primavera y son precisamente por sus colores.
ResponderEliminarLos ocres del otoño son maravillosos y tu poema tiene la tibieza que emana del sentimiento bello de los corazones.
Precioso BeatriZ!
Besos y abrazos!
Wenas!! Hermoso poema situado en el tiempo.
ResponderEliminarSaludos!!
Dulce texto...(como tu nombre..)
ResponderEliminarCrujientes de ocres...leo la frase y vuelo...el otoño es mi estación favorita.
De niña amaba pisotear la alfombra de hojas...añoro el asombro que me causaba el sonido (siempre parecía la primera vez) crunch, crunch, crunch bajo mis zapatos.
Un besito, Beatriz!