Luego de una corrida que la dejó sin aliento, Ramona logró por fin ponerse a resguardo. Oteó por entre los agujeros de la pared, intentando ver si sus perseguidores la habían seguido hasta su escondite.
Sus hermanos varones le habían enseñado todas las artimañas posibles para escabullirse, como así también el uso de armas de fuego.
Esto le daba un aspecto un tanto varonil y ella lo tenía muy en claro. Se lo hacían saber a diario las cargadas que sus vecinos y vecinas le hacían. Un ¿"Qué hacés Ramoncito?"... se esparcía entre las baldosas de las veredas cada vez que su figura dibujaba sombras en ellas. Pero haciendo caso omiso de los comentarios burlones, ontinuaba su paso erguido y firme, fijando la mirada en un horizonte, que sólo ella sabría cual era.
Ya en su refugio, logró tranquilizarse un poco. Sacó el revolver de la cartuchera, pero antes de dejarlo sobre la desvencijada mesa, se aseguró que el cargador estuviera lleno.
El aspecto desolador de su escondrijo le otorgaba cierta invisibilidad. Las ramas resecas, se entrelazaban en las oxidadas rejas, de lo que en algún tiempo fuera una ventana.
Se volvió a asomar y allí su corazón comenzó a latir fuertemente, ya que tras unas rocas pudo ver oculto a un hombre armado. Corrió hasta la entrada casi derruida y mirando por entre las rendijas de
los tablones, que había colocado para que nadie pudiera ingresar, divisó a otro sujeto subiendo la escalinata en dirección a la misma.
Rápidamente fue hasta la mesa y recuperó su arma, a la que le quitó el seguro, a fin de que estuviera lista y nadie pudiera sorprenderla.
Sintió los pasos del joven que se aproximaba por la entrada, cuyas botas tejanas sacaban chispas contra las rocas. Buscó algún pequeño hueco por donde pasar el cañón de su revolver y poder tenerlo a tiro. Inmediatamente, se escuchó el golpe de un puño sobre la madera, al tiempo que una voz gruesa le ordenaba dejarlo entrar:
-NO TE QUEDA ESCAPATORIA RAMONA!!! - gritó el hombre de la escalinata.
-NO TE SERÁ TAN FÁCIL MACHOTE!! JAJAJA- ¿QUE TE PENSAS? ¿QUE CON CUATRO GRITOS ME VAS A AMEDRENTAR?..
Una serie de disparos pudieron escucharse en medio del silencio del desierto.
Cuentan los vecinos, que al cabo de unos quince minutos, Ramona salió luciendo un hermoso vestido floreado y unas sandalias blancas y cargando consigo una gran bolsa de basura.
Desconfiados sobre que realmente fuera Ramona, una mujer se le acercó y le preguntó:
- ¿realmente eres tú Ramona?...
- Me haces reír mujer, claro que soy yo, quién más si no.
- Es que luces muy distinta,¿que pasó?..- preguntó intrigadísima la mujer, que no lograba salir de su asombro.
- Es sencillo María, ¿ves esta bolsa?...allí llevo los cadáveres de mis fantasmas, seguramente no todos, pero por lo menos liquidé a dos.