Soltar amarras
soltar lágrimas
soltar risas
soltar la pesadumbre
soltar en riego permanente
la sangre palpitando sueños
Soltar viejas penas
soltar miradas atrevidas
soltar el pensamiento inútil
soltar la carcajada luminosa
en la puerta de la vida
que habita en cada rincón
Soltar y soltar
que circule el aire fresco
que despeine mi cabello
hasta dejarme irreconocible
Soltar
las cadenas de las ventanas
soltar las palabras y convertirlas
en verbo
Soltarlas un rato,
un día
un mes
un año
hasta que el verbo ya no aguante
y se convierta en palabra.
Soltar la incomparable magnitud
de la esencia
soltar el aire acumulado
soltar el canto de los pájaros
soltar las riendas
y que la vida galope fuerte
con el viento en la cara
Soltar
soltar los besos
hasta que arriben a buen puerto
soltar abrazos sin brazos
soltar suspiros sin amores en puerta
soltar...soltar...soltar...
libertando a la libertad