martes, 9 de marzo de 2010

LA LOBA (Fragmento del libro Mujeres que corren con los lobos de Clarisa Pinkola Estes)

" Hay una vieja que vive en un escondrijo del alma que todos conocen pero muy pocos han visto. Como en los cuentos de hadas de Europa del este, la vieja espera que los que se han extraviado, los caminantes y los buscadores acudan a verla.

Es circunspecta, a menudo peluda y siempre gorda,y , por encima de todo, desea evitar cualquier clase de compañia. Cacarea como las gallinas, canta como las aves y por regla general emite más sonidos animales que humanos.

Podría decir que vive entre las desgastadas laderas de granito del territorio indio de Tarahumara. O que está enterrada en las afueras de Phoenix en las inmediaciones de un pozo. Quizá la podríamos ver viajando al sur hacia monte Albán en un viejo cacharro con el cristal trasero roto por un disparo. O esperando al borde de la autovía cerca de El Paso o desplazándose con unos camioneros a Morelia, México, o dirigiéndose al mercado de oaxaca, cargada con unos haces de leña integrados por ramas de extrañas formas. Se la conoce con distintos nombres: La Huesera, La Trapera y La Loba.

La única tarea de La Loba consiste en recoger huesos. Recoge y conserva sobre todo lo que corre peligro de perderse. Su cueva está llena de huesos de todas las criaturas del desierto: venados, serpientes de cascabel, cuervos. Pero su especialidad son los lobos.

Se arrastra, trepa y recorre las montañas y los arroyos en busca de huesos de lobo y, cuando ha juntado un esqueleto entero, cuando el último hueso está en su sitio y tiene ante sus ojos la hermosa escultura blanca de la criatura, se sienta junta la fuego y piensa qué canción va a cantar.

Cuando ya lo ha decidido, se sitúa al lado de la criatura, levanta los brazos sobre ella y se pone a cantar. Entonces los huesos de las costillas y los huesos de las patas del lobo se cubren de carne y a la criatura le crece el pelo. La Loba canta un poco más y la criatura cobra vida y su fuerte y peluda cola se curva hacia arriba.
La Loba sigue cantando y la criatura lobuna empieza a respirar.
La Loba canta con tal intensidad que el suelo del desierto se estremece y, mientras ella canta, el lobo abre los ojos, pega un brinco y escapa corriendo cañon abajo.
En algún momento de su carrera, debido a la velocidad o a su chapoteo en el agua del arroyo que está cruzando, a un rayo de sol o a un rayo de luna que le ilumina directamente el costado, el lobo se transforma de repende en una mujer que corre libremente hacia el horizonte, riéndose a carcajadas.
Recuerda que, si te adentras en el desierto y está a punto de ponerse el sol y quizá te has extraviado un poquito y te sientes cansada, estás de suerte, pues bien pudiera ser que le cayeras en gracia a La Loba y ella te enseñara una cosa ...una cosa del alma.
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Todos iniciamos nuestra andadura como un saco de huesos perdidos en algún lugar del desierto, un esqueleto desmontado, oculto bajo la arena. Nuestra misión es recuperar las distintas piezas. Un proceso muy minucioso que conviene llevar a cabo cuando las sombras son apropiadas, pues hay que buscar mucho. La Loba nos enseña lo que tenemos que buscar, la fuerza indestructible de la vida, los huesos.

La tarea de La Loba se podría considerar un cuento milagro, pues nos muestra lo que puede ser beneficioso para el alma. Es un cuento de resurrección acerca de la conexión subterránea con la Mujer Salvaje (ella llama Mujer Salvaje a la mujer que no ha sido mutilada espiritualmente durante siglos, a la escencia femenina). Nos promete que, si cantamos la canción , podremos conjurar los restos psíquicos del alma salvaje y devolverle su forma vital por medio de nuestro canto.

La loba canta sobre los huesos que ha recogido. Cantar significa utilizar la voz del alma. Significa decir la verdad acerca del propio poder y la propia necesidad, infundir alma a lo que está enfermo o necesita recuperarse. Y eso se hace descendiendo a las mayores profundidades del amor y del sentimiento hasta conseguir que el deseo de relación con el Yo salvaje se desborde para poder hablar con la propia alma desde este estado de ánimo. Eso de cantar sobre los huesos. No podemos cometer el error de intentar obtener de un amante este gran sentimiento de amor, pues el esfuerzo femenino de descubrir y cantar el himno de la creación es una tarea solitaria, una tarea que se cumple en el desierto de la psique."



5 comentarios:

  1. Wenas!! Gracias por pasarte por mi blog. Una buena historia la de La Loba, creo que su moraleja es muy importante, las mujeres llevamos tantos años rebajadas que hemos olvidado ese espirítu de libertad, que no somos capaces de sentirnos ni a nosotras mismas. El primer paso para el cambio comienza en nosotras mismas.
    Saludos!!

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  2. Excelente historia en que la libertad no puede traficarse por ser intranferible e inalienable

    Saludos

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  3. Cantar con la voz del alma te permite hacer infinidad de variaciones.
    Todos podemos ser Lobas si nos atrevemos, si dejamos atrás esos preconceptos de los que hoy hablábamos, sólo hay que dejar que la canción salga.

    (ya leí el post de Alicia y comprendí mas profundamente su dolor y el tuyo)

    Besos.

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  4. Quizás nuestros huesos puedan ser privados de su libertad, pero nunca nuestro espíritu. Beditas mujeres que se preocupann por todas esas libertades y por todos y cada uno de nuestros huesos.
    Un saludo.

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  5. Intercambios francos y sanos...ha sido un placer leer y confirmarme en el día de hoy. Gracias por tu creación

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